THE GREATEST GUIDE TO VIERA VIDENTE

The Greatest Guide To viera vidente

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Gurdjieff, owingño de un método esencialmente práctico de la “conquista del yo”, ha expuesto estas Suggestions con especial claridad. Para él existen cuatro estados de conciencia. El hombre vive solamente en los dos primeros: el sueño y la vigilia ordinaria. Los estados superiores de autoconciencia y conciencia objetiva, le son inaccesibles. El estado de sueño es pasivo y absolutamente subjetivo; pero cuando el hombre despierta y creyendo que ha tomado el gobierno de su personalidad comienza a actuar, permanece aún inmerso en el sueño y su actividad es obviamente peligrosa.

La imaginación imita modelos ejemplares –las imágenes– los reproduce, los actualiza. De ahí procede el que la desgracia y la ruina del hombre que “carece de imaginación” sea el hallarse segregado de la realidad profunda de la vida y de su propia alma.ten

Para ello emplea técnicas diversas y anuncia a Rimbaud y al surrealismo al pretender experimentar por la poesía el estado intemporal de la conciencia y el conocimiento absoluto. Entretanto, en el nivel impermanente de la percepción sensible, sigue las reglas del juego, pero acentúa su distinción, se torna diferente, entregándose al influjo del mal, desvalorizando la realidad cotidiana y sufriendo o fingiendo que sufre, detrás de la sonrisa del dandy hipersensible, que gusta polarizar en su figura maldita el “asco y el horror universales”.

Pero volvamos al poema de Gerardo. Si bien en el vaso sellado del adepto, la mezcla secreta o compost muere y resucita, purificándose en metamorfosis sucesivas para culminar en la Piedra, no creemos que El Desdichado represente exactamente el mismo proceso regenerativo, referido al espíritu del poeta. Le Breton insiste en las alegorías relativas al nacimiento de la Piedra, como producto del incesto cometido entre el sol y la luna.

Teme en los muros ciegos el ojo que te espía: A la misma materia se halla ligado el verbo… ¡No permitas que sirva para algún uso impío!

Es normal que quien haya experimentado el conocimiento, palpado la plenitud arcana, esté por encima de la fe, y que llevado de su pasión luciferina –“portadora de la luz”– y sobrecogido por el misterio de lo numinoso tenga solo desdén y silencio para el mundo, o sea, para el espejismo de lo ilusorio. Esa alma extraviada entre los hombres se desplazará sin aparente sosiego por los desiertos del amor humano. Pero esa experiencia lograda sin maestros y sin instituciones le ha permitido, “despertar en el alma common”, acota Azcuy, y de este modo, agregaríamos, ser señor invisible de su cuerpo y de su psique, al participar del gobierno del cuerpo de engaño universal. El poeta se ha instalado también más allá de los maestros y de las iniciaciones, como la Erminia de Hesse transforma a Harris, Beatriz a Dante y Sophia von Kühn a Novalis. Pero el planteo del tema –en relación con la Sabiduría (Sophia) o la Pistis-Sophia de los gnósticos valentinianos-setianos y su lenguaje– en vínculo con el “alma del universo” nos introduce en la parte última del comentario. Ya con las anteriores consideraciones sobre este poeta prototipo de la galería de los poetas ocultistas y su sentido, hemos llegado al centro creativo de El ocultismo y la creación poética.

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El capítulo titulado “Baudelaire y las doctrinas esotéricas” comienza haciendo hincapié en el mundo cuyo múltiple y sutil entramado revela la voluntad de separación de la unidad de la que procede por actitud y obra satánica. La tradición ocultista de sesgo hermético que a través del Medioevo despierta en el Renacimiento por la traducción latina del Poimandres y los restantes tratados del cuerpo literario hermético, se conserva y difunde en la Francia decimonónica por medio del martinismo. Martínez de Pasqually y sus discípulos marcan la línea de influencia doctrinal. Charles Baudelaire, sumergido en este mundo invertido y en tensión entre las analogías entrevistas y los modelos celestes, busca en su conflicto profundo el “paraíso perdido” oscuramente vislumbrado, persiguiendo sus indicios hasta las más oscuras profundidades. Arrojado en el mundo y sintiendo todos los embates de su cautiverio lucha con su impulso poético, el solo recurso eficaz en su impotencia, porque la poesía es la “cadena de oro” imperceptible y dolorosa que une con el origen y la transmisión de los eslabones herméticos así lo va enseñando. El propio título de una de las grandes obras de Baudelaire, Las flores del mal, expresa con elocuente desesperación la ambivalencia de la actitud del hombre y poeta perdido en el cieno terrenal, pero bus-cando en el barro la “pepita de oro”, ajena al mundo y a la falsa civilización, que lo pueda redimir. El resplandor intermitente de la belleza sepultada lo atrae irresistiblemente y así su individualidad se opone heroicamente a todos y a todo y llega a buscar, fuera de una tradición ritual que considera viciada y perimida, también los recursos de los “paraísos artificiales”, que le ayudan a transponer la conciencia en un tipo de inconsciencia superior.

Los existencialistas no superan la primera toma de conciencia, practican un nihilismo sin salida y se instalan en la historia y en la irrealidad de la existencia angustiados ante la muerte de su personalidad ilusoria. Los surrealistas también descubren en la temporalidad “la dimensión de la existencia” pero, como los pensadores orientales, no aceptan ese destino como definitivo, sino que intentan con técnicas propias anular o superar la condición humana.

La puerta es estrecha y angosto el ca-mino que conduce a la vida, y pocos son los que lo encuentran.

Como el shamán, el poeta es también en alguna medida el “hombre diferente”, que crea sobre la fugacidad­ y reactualiza el sentido profundo de su ser, mediante palabras que describen vivencias y contenidos cognoscitivos que in illo tempore posibilitan la aprehensión de lo genuine.

Nadie cree ya en el diablo oculto en la sombra del brujo, pero nadie se atreve a afirmar que el brujo es tan sólo un hábil prestidigitador. La realidad de click for more info la acción ocultista sobre el mundo debe ser admitida por el observador imparcial.15

Cautivo en la tierra en este momento converso con el corazón de los astros que toman parte en mis penas y en mis alegrías.sixteen

Es lógico entonces que comience por negar su personalidad. “Yo es otro”, exclama. “Si el cobre se despierta clarín no es por su culpa. Me es evidente esto: asisto a la eclosión de mi pensamiento: lo miro, lo escucho: doy un golpe en el arco del violín: la sinfonía se mueve en las profundidades o sube de un salto a la escena”.

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